jueves, 31 de mayo de 2012



EDUCANDO A LA FAMILIA

El poder de la lengua

“Si ponemos frenos en la boca a los caballos para que nos obedezcan, dirigimos todo su cuerpo.  Mirad también las naves: aunque sean tan grandes y las empujen vientos fuertes, un pequeño timón las dirige adonde quiere la voluntad del piloto.  Del mismo modo, la lengua es un miembro pequeño, pero va presumiendo de grandes cosas.  ¡Mirad qué poco fuego basta para quemar un gran bosque!  Así también la lengua es un fuego...” Dice la carta de Santiago 3,3-6.  Hablar con verdad y de la verdad edifica, construye a la persona misma y también de las personas que hablamos.   Claro, siempre la razón de fondo sea el bien para uno mismo o para las otras personas.  En no pocas ocasiones esto puede resultar difícil, pero al fin y al cabo la verdad triunfa. Un  grupo  de  ranas  viajaba  por  el  bosque y, de repente, dos de ellas cayeron  en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuan  hondo  era  el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo que sus esfuerzos serian inútiles. Finalmente,  una  de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomo y murió. La otra rana continuo saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la multitud de ranas le gritó que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana salto cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le preguntaron: "¿No escuchaste lo que te decíamos?" La rana les explico que era sorda. Ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse mas para salir del hoyo.  Esta historia contiene dos lecciones: La lengua tiene poder de vida y muerte. Una  palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarle y finalizar el día.  Una palabra destructiva a alguien que se encuentre desanimado puede ser que acabe por destruirlo.
Tengamos cuidado con lo que decimos. Pero sobre todo con lo que escuchamos no siempre hay que prestar atención, utiliza solo lo que es bueno para  ti.

Arnaldo Alvarado

domingo, 27 de mayo de 2012

Examen de conciencia


Examen de conciencia:

Demos una mirada previa a la confesion

1. ¿He dudado o negado deliberadamente alguna de las verdades de la Fe Católica?

2. ¿He practicado la superstición o el espiritismo?

3. ¿He pronunciado  palabras injuriosas contra dios. Con la intención de ofenderle?

4. ¿He jurado con mentira o con duda de si era verdad? ¿He reparado el daño que haya podido seguirse?

5. ¿He murmurado externa o internamente contra el Señor cuando me ha ocurrido alguna desgracia?

6. ¿He faltado a misa los domingos o los demás días de precepto? ¿He dejado de cumplir, sin motivos adecuado, el ayuno y a la abstinencia en los días previstos por la iglesia?, ¿me eh confesado y he comulgado al menos una vez al año?

7. ¿He callado por vergüenza en alguna confesión anterior, algún pecado grave?

 8. ¿He comulgado alguna vez en pecado mortal?

9. ¿He desobedecido a mis padres y familiares? ¿Los he tratado sin el respeto y el afecto que merecen? ¿He defraudado con mi conducta la confianza que han depositado en mí?

10. ¿He dado mal ejemplo en cosas importantes a las personas que me rodean, sobre todo a mis amigos?

11. ¿Procuro  ser fuerte en las dificultades ordinarias de la vida o por el contrario me quejo con demasiada frecuencia de mi situación?

12. ¿Tengo enemistad odio o rencor contra alguien?

13 ¿Evito que las diferencias de opinión en cuestiones políticas, profesionales  etc.,  degeneren en indisposición, enemistad o incluso odio hacia las  personas?

14. ¿He causado un daño cierto a alguien en su persona o en sus legitimas propiedades? ¿He pedido perdón y he procurado reparar eficazmente el daño?

15. ¿He hablado mal de otros sin tener  mayor fundamento  que el “se dice” o la mera suposición?

16. ¿He calumniado a alguien atribuyéndole acciones injuriosas que no ha cometido?

17. ¿He descubierto ante  los demás sin causa justa, agravios de otras personas?

18. ¿Me he comportado con deslealtad?



RECUPERANDO LA RELACION CON DIOS


1¿Cómo recupero la relación con dios  rota de mi parte?
 Esta pregunta no debe angustiarme jamás, la angustia es impropia de quien cree en un Dios que es amor. Toda situación humana, por grave que nos parezca, puede ser perdonada por la misericordia de Dios.
 Ese mismo Dios declara inocente al culpable con una única condición: que rechace el pecado cometido (que se arrepienta)

2¿Cuándo se que estoy arrepentido?
El arrepentimiento es una actitud fundamentalmente interior, que acontece en lo mas profundo del hombre, pero se plasma en una serie de manifestaciones:
tu sincero reconocimiento del pecado cometido.
- La humilde apelación a la misericordia divina.
- El amor que lamenta lo pasado.
- El esfuerzo continuo por cumplir la voluntad de Dios.


3¿Cómo manifestar mi arrepentimiento?
En el sacramento de la penitencia o confesión. La confesión no es algo meramente humano: es un misterio sobrenatural. Consiste en un encuentro personal con la misericordia de Dios en la persona de un sacerdote.
La confesión no la necesita Dios, sino que la necesitamos nosotros cada uno de nosotros.


 Confesarse es razonable

 Porque Jesús dio a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados.

 En efecto, recién resucitado, Jesús es lo primero que hace, “Recibid el Espíritu Santo. A los que les perdonéis los pecados , les quedaran  perdonados, a los que no se los perdonareis, les quedaran sin perdonar”.
Los únicos que han recibido este poder son los Apostoles y sus sucesores.

 De manera que no soy yo quien decide como conseguir el perdón, sino DIOS, el que decidió a quien  tengo que acudir y que tengo que hacer  para que me perdone

Porque la confesión es un encuentro con Cristo
 La confesión es con Jesucristo, el sacerdote no es más que su representante. El sacerdote quien no tiene nada que perdonarte porque no le has hecho nada- actúa en nombre y en la persona de cristo.

 Porque en la confesión uno se reconcilia con la iglesia. Resulta que el pecado no solo ofende a dios, sino también a la comunidad de la iglesia: tiene una dimensión vertical (ofensa a dios) y otra horizontal (ofensa a los hermanos
Precisamente el sacerdote está ahí también en representación de la iglesia,, con quien también uno se reconcilia por su (inter)mediación. El aspecto comunitario del perdón exige la presencia  del sacerdote, sin él la reconciliación no seria “completa”

Necesitamos vivir en estado de gracia.

A)    porque no podemos vivir  morir… en estado de pecado mortal y acabar en el infierno.
B)    Porque necesitamos comulgar  para estar cerca de Cristo     

Necesitamos dejar el mal que hemos hecho.
La confesión es vital en la lucha para mejorar.es un hecho que habitualmente una persona después de confesarse se esfuerza por mejorar y no cometer pecados.

Confesarse es muy conveniente

-Necesitamos paz interior. El reconocimiento de nuestras culpas es el primer paso para recuperar la paz interior. Negar la culpa no la elimina: solo la esconde. Solo quien reconoce su culpa esta en condiciones de liberarse de ella.

-Necesitamos aclararnos a nosotros mismos. La confesión nos “obliga” a hacer un examen de conciencia. Saber que hay “adentro” que nos pasa, que hemos hecho, como vamos… De esta manera la confesión ayuda a conocerse y entenderse a uno mismo.

-Necesitamos una protección contra el autoengaño. Es fácil engañarse a uno mismo, pensando que  no es malo lo que hicimos o justificándolo pero cuando tenemos que contar los hechos a otras personas sin excusas, se nos caen todas las caretas… y nos encontramos con nosotros mismos.

-Necesitamos, objetividad. Y nadie es buen juez, por eso el sacerdote puede perdonar los pecados a todas las personas del mundo…. Menos  a una única persona, a la que un sacerdote no puede perdonar los pecados es a él mismo. Siempre tiene que acudir a otro sacerdote  para confesarse.

-Necesitamos saber si estamos en condiciones de ser perdonados: Si tenemos las disposiciones necesarias para el perdón o no. De otra manera correríamos a un peligro enorme: pensar que estamos perdonados cuando ni siquiera podemos estarlo.

-Necesitamos saber que hemos sido perdonados. Una cosa es pedir perdón y otro distinto ser perdonado. Necesitamos una confirmación exterior una confirmación exterior, sensible, de que Dios ha aceptado nuestro arrepentimiento. Esto sucede en la confesión: cuando recibimos la absolución, sabemos que el sacramento ha sido administrado, y como todo sacramento, recibe la eficacia de Cristo.

-Tenemos derecho a que nos escuchen. La confesión personal más que una obligación es un derecho a la atención personal, a que nos atiendan uno a uno, y podamos abrir el corazón, contar nuestros problemas y pecados.

-Hay momentos en que necesitamos que nos animen y fortalezcan. Todos pasamos por momentos de pesimismo, desanimo… y necesitamos que se nos escuche y anime encerrarse en si mismo solo empeoran las cosas…


 ALGUNOS “MOTIVOS”  PARA NO CONFESARNOS:

¿Quién es el cura para perdonar  los pecados…?  Solo dios puede perdonarlos.
Hemos visto que el Señor dio ese poder a los Apóstoles.

Yo me confieso directamente  con Dios sin intermediarios. Pero… ¿Cómo sabes que Dios acepta tu arrepentimiento y te perdona? ¿Cómo sabes que estas en condiciones de ser perdonado?

¿Por qué le voy  a decir  mis pecados a un hombre que es tan pecador como yo?
No vamos a confesarnos porque el sacerdote  sea santo e inmaculado, sino , porque nos puede dar la absolución , poder que tiene por el sacramento del orden  y no por su bondad.
Es una suerte. En realidad una disposición de la sabiduría divina- que el poder de perdonar los pecados no dependa de la calidad personal del sacerdote, cosa que sería terrible ya que uno nunca sabría quien seria suficientemente santo como para perdonar.

Además, el hecho de que sea un hombre y que como tal tenga  pecados, facilita la confesión: precisamente porque saber en carne propia lo que es ser débil , nos puede entender mejor.

 Me da vergüenza…
Es lógico pero hay que superarla, hay un hecho comprobado universalmente. Cuanto más nos cueste decir algo tanto mayor será la paz  interior que consigamos después de decirlo. Cuando nos confesamos con frecuencia es más fácil superar esa vergüenza.

 Por último NO HAY QUE OLVIDAR lo que nos enseño un gran santo: El diablo quita la vergüenza para pecar…. Y la devuelve aumentada para pedir perdón.


Siempre me confieso de lo mismo….         
Eso no es problema. Hay que confesar los pecados que uno ha cometido… y es bastante lógico que nuestros defectos sean siempre más o menos los mismos… sería terrible ir cambiando constantemente de defectos…

Confesarme no sirve de nada, sigo cometiendo los pecados que confieso….

 El hecho de que uno se ensucie , no hace concluir que es inútil bañarse, uno que se baña todos los días se ensucia igual… pero gracias a que se baña , no va acumulando suciedad… y está bastante limpio. Lo mismo pasa con la confesión. Si hay lucha, aunque  uno caiga, el hecho de ir sacándose de encima los pecados…. No hace  que sea mejor. Es mejor pedir perdón que no pedirlo. Pedirlo nos hace mejores.


Sé que voy a volver a pecar…. Lo que me muestra que no estoy arrepentido

Lo único que Dios te pide es que estés arrepentido del pecado cometido y que ahora, en este momento, quieras luchar por no volver a cometerlo. Se te pide que tengas la decisión sincera, de verdad, ahora, de rechazar el pecado.

¿Y si el cura después le cuenta a alguien mis pecados?
 Hay que preocupare por eso. La iglesia cuida tanto este asunto que aplica cuida tanto este punto que aplica la pena más grande que existe en el Derecho Canónico- la excomunión al sacerdote que dijere algo que conoce por la confesión. De hecho hay mártires  por el sigilo sacramental.

Sacerdotes que han muerto por no revelar el contenido de la confesión.

Preparar la confesión

 Examen de conciencia, es un análisis de cómo ha sido nuestra relación con dios y con los demás desde la anterior confesión.

El hombre está siempre obligado a seguir la voz  lo que es justo y recto.
 Solo una conciencia bien formada es recta y veraz, porque formula  sus con juicios según la razón


Acercarse con fe y con total confianza

No hay  que considerar la confesión como una carga embarazosa o dejarse llevar por el miedo, se trata de una gran liberación.
 Hay que tener presente que quien nos escucha es el Señor y lo hace con una misericordia infinita. Debemos confesar al sacerdote todos los pecados mortales. Si temes olvidarte de algo pecado o no sabes cómo expresarte pide al sacerdote que te pregunte y te ayude.
 El aspecto humillante de la confesión desaparece cuando se recuerda que:
-          El sacerdote es asimismo un pecador y también se confiesa.
-          Siente una admiración espontanea por la lealtad y la sencillez, con las  que se confiesa el penitente: se siente más sorprendido por esa sinceridad , que por los mismo pecados que no tienen nada de original.

 No olvidemos que siempre tenemos derechos a confesarnos con el sacerdote  con el que nos sintamos más cómodos.


martes, 15 de mayo de 2012

No es fácil...

NO ES FACIL...
... pedir disculpas,
... comenzar de nuevo,
... reconocer un error,
... recibir consejos,
... ser considerado,
... soportar el éxito,
... seguir probando,
... abandonar los malos hábitos,
... perdonar y olvidar,
... salir de la rutina,
... sacar provecho de lo poco,
... mantener una norma elevada,
... descubrir el lado bueno de las cosas,
... aceptar una represión merecida,
... amar, aún a tus enemigos,
... tomar tu cruz cada día
   y seguir a Jesús...  pero vale la pena.


domingo, 13 de mayo de 2012

LA GACELA Y EL LEÒN


"En África todas las mañanas despierta una gacela. Ella sabe que debe correr más rápido que el león más rápido, o de lo contrario la mata. También todas las mañanas despierta un león. El sabe que debe correr más rápido que la gacela más lenta, o si no se muere de hambre. No importa si eres león o gacela; cuando sale el sol, más vale que corras".
"Si no estás buscando a Dios, el diablo te está buscando a ti". No debemos esperar hasta que Satanás nos ataque para pensar en la estrategia que vamos a usar para escapar de sus planes destructivos para nuestras vidas. Debemos buscar al Señor temprano, concientes de que el "el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar."

lunes, 7 de mayo de 2012

Y DIOS LO SABE.







TODOS TENEMOS MUCHAS COSAS BUENAS 
PERO AL MISMO TIEMPO, 
LA PRESENCIA DEL MAL EN NUESTRA VIDA
ES UN HECHO:
SOMOS LIMITADOS, 
TENEMOS UNA CIERTA INCLINACION AL MAL
Y TAMBIEN DEFECTOS;


Y COMO CONSECUENCIA DE ESTO 
NOS EQUIVOCAMOS, 
COMETEMOS ERRORES Y PECADOS. 
ESTO ES EVIDENTE 
Y DIOS LO SABE.

EL SÌ GENEROSO



La cuarta semana de pascua es denominado el “domingo del buen pastor”. La Iglesia dedica este día especialmente para la jornada de oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas. Además este día se promueve la colecta para sostener la formación de los futuros sacerdotes. Para resaltar la importancia el Papa envía un mensaje por la jornada. Como hijos de la Iglesia tenemos que tener el mismo sentimiento de nuestra madre la Iglesia. Dios necesita cooperadores. La Iglesia necesita ministros santos y totalmente entregados para seguir ofreciendo la vida divina a los hombres. Sin Dios no hay futuro, no hay humanidad.

Quienes pasan a la historia y siempre serán recordados son la gente que han hecho algo por los demás.  El sacerdote siempre hace algo por los demás; sea quien sea: el pecador, el enfermo, el ignorante, el sufriente, el sin sentido de vida. Los sacerdotes son hombres de Dios; marcan la historia con la vida de Dios.
Ser sacerdote significa recibir una predilección de Dios. Dios llama y elige para ser sus ministros. Generalmente nos dejamos llevar por lo que se ve, se toca, se mide, se calcula; es decir, lo inmediato. De ahí que fácilmente no valoremos las realidades espirituales. La gracia de Dios es invisible y real.

Quien recibe esta vocación de entrega total debe responder inmediatamente a Dios. Ha recibido un don inmerecido. Este regalo –de la vocación- es grande, sorprendente, es amor de Dios. Para la respuesta exige libertad grande. Los humanos somos capaces de entregarnos por causas justas y nobles. Cómo no vamos a entregar nuestra vida por la causa de Dios, el bien de los hermanos y la salvación de los hombres. Hay mucho que hacer, “los operarios son pocos” y la viña es extensa.

Estos días especialmente podemos rezar por las vocaciones. Nos podemos preguntar ¿cómo puedo rezar? Orar siempre está a nuestro alcance. Hay diversas formas de hacer: se puede rezar el santo rosario, hacer pequeños sacrificios, pedir una Misa y rezar por esta intención, hacer un rato de adoración ante el santísimo, contribuir económicamente con este fin, hacer una obra caritativa, aunque no la queramos.

Pertenecemos al pueblo de Dios, la Iglesia. Tenemos que pedir al Señor abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas.  Dios siempre escuchará nuestras oraciones. Cuando Dios llama, el sí generoso cambiará toda una vida.


Atte,
P. Arnaldo Alvarado (Seminario Mayor de Cañete)