1¿Cómo recupero la relación con dios rota de mi parte?
Esta pregunta no debe
angustiarme jamás, la angustia es impropia de quien cree en un Dios que es
amor. Toda situación humana, por grave que nos parezca, puede ser perdonada por
la misericordia de Dios.
Ese mismo Dios
declara inocente al culpable con una única condición: que rechace el pecado
cometido (que se arrepienta)
2¿Cuándo se que estoy
arrepentido?
El arrepentimiento es una actitud fundamentalmente interior,
que acontece en lo mas profundo del hombre, pero se plasma en una serie de
manifestaciones:
tu sincero reconocimiento del pecado cometido.
- La humilde apelación a la
misericordia divina.
- El amor que lamenta lo pasado.
- El esfuerzo continuo por
cumplir la voluntad de Dios.
3¿Cómo manifestar mi arrepentimiento?
En el sacramento de la penitencia o confesión. La confesión
no es algo meramente humano: es un misterio sobrenatural. Consiste en un encuentro
personal con la misericordia de Dios en la persona de un sacerdote.
La confesión no la necesita Dios, sino que la necesitamos
nosotros cada uno de nosotros.
Confesarse es razonable
Porque Jesús dio a los Apóstoles el poder de
perdonar los pecados.
En efecto, recién
resucitado, Jesús es lo primero que hace, “Recibid
el Espíritu Santo. A los que les perdonéis los pecados , les quedaran perdonados, a los que no se los perdonareis,
les quedaran sin perdonar”.
Los únicos que han recibido este poder son los Apostoles y
sus sucesores.
De manera que no soy
yo quien decide como conseguir el perdón, sino DIOS, el que decidió a quien tengo que acudir y que tengo que hacer para que me perdone
Porque la confesión
es un encuentro con Cristo
La confesión es con
Jesucristo, el sacerdote no es más que su representante. El sacerdote quien no
tiene nada que perdonarte porque no le has hecho nada- actúa en nombre y en la
persona de cristo.
Porque en la
confesión uno se reconcilia con la iglesia. Resulta que el pecado no solo
ofende a dios, sino también a la comunidad de la iglesia: tiene una dimensión
vertical (ofensa a dios) y otra horizontal (ofensa a los hermanos
Precisamente el sacerdote está ahí también en representación
de la iglesia,, con quien también uno se reconcilia por su (inter)mediación. El
aspecto comunitario del perdón exige la presencia del sacerdote, sin él la reconciliación no
seria “completa”
Necesitamos
vivir en estado de gracia.
A) porque
no podemos vivir morir… en estado de
pecado mortal y acabar en el infierno.
B) Porque
necesitamos comulgar para estar cerca de Cristo
Necesitamos dejar el mal que hemos
hecho.
La confesión es vital en la lucha para mejorar.es un hecho
que habitualmente una persona después de confesarse se esfuerza por mejorar y
no cometer pecados.
Confesarse es muy conveniente
-Necesitamos paz interior.
El reconocimiento de nuestras culpas es el primer paso para recuperar la paz
interior. Negar la culpa no la elimina: solo la esconde. Solo quien reconoce su
culpa esta en condiciones de liberarse de ella.
-Necesitamos
aclararnos a nosotros mismos. La confesión nos “obliga” a hacer un examen
de conciencia. Saber que hay “adentro” que nos pasa, que hemos hecho, como
vamos… De esta manera la confesión ayuda a conocerse y entenderse a uno mismo.
-Necesitamos una protección
contra el autoengaño. Es fácil engañarse a uno mismo, pensando que no es malo lo que hicimos o justificándolo pero
cuando tenemos que contar los hechos a otras personas sin excusas, se nos caen
todas las caretas… y nos encontramos con nosotros mismos.
-Necesitamos,
objetividad. Y nadie es buen juez, por eso el sacerdote puede perdonar los
pecados a todas las personas del mundo…. Menos
a una única persona, a la que un sacerdote no puede perdonar los pecados
es a él mismo. Siempre tiene que acudir a otro sacerdote para confesarse.
-Necesitamos saber si
estamos en condiciones de ser perdonados: Si tenemos las disposiciones
necesarias para el perdón o no. De otra manera correríamos a un peligro enorme:
pensar que estamos perdonados cuando ni siquiera podemos estarlo.
-Necesitamos saber
que hemos sido perdonados. Una cosa es pedir perdón y otro distinto ser
perdonado. Necesitamos una confirmación exterior una confirmación exterior,
sensible, de que Dios ha aceptado nuestro arrepentimiento. Esto sucede en la
confesión: cuando recibimos la absolución, sabemos que el sacramento ha sido
administrado, y como todo sacramento, recibe la eficacia de Cristo.
-Tenemos derecho a
que nos escuchen. La confesión personal más que una obligación es un derecho
a la atención personal, a que nos atiendan uno a uno, y podamos abrir el corazón,
contar nuestros problemas y pecados.
-Hay momentos en que
necesitamos que nos animen y fortalezcan. Todos pasamos por momentos de
pesimismo, desanimo… y necesitamos que se nos escuche y anime encerrarse en si
mismo solo empeoran las cosas…
ALGUNOS
“MOTIVOS” PARA NO CONFESARNOS:
¿Quién es el cura
para perdonar los pecados…? Solo dios puede perdonarlos.
Hemos visto que el Señor dio ese poder a los Apóstoles.
Yo me confieso directamente
con Dios sin intermediarios. Pero… ¿Cómo sabes que Dios acepta tu
arrepentimiento y te perdona? ¿Cómo sabes que estas en condiciones de ser
perdonado?
¿Por qué le voy a decir
mis pecados a un hombre que es tan pecador como yo?
No vamos a confesarnos porque el sacerdote sea santo e inmaculado, sino , porque nos
puede dar la absolución , poder que tiene por el sacramento del orden y no por su bondad.
Es una suerte. En realidad una disposición de la sabiduría
divina- que el poder de perdonar los pecados no dependa de la calidad personal
del sacerdote, cosa que sería terrible ya que uno nunca sabría quien seria suficientemente
santo como para perdonar.
Además, el hecho de que sea un hombre y que como tal tenga pecados, facilita la confesión: precisamente porque
saber en carne propia lo que es ser débil , nos puede entender mejor.
Me da vergüenza…
Es lógico pero hay que superarla, hay un hecho comprobado
universalmente. Cuanto más nos cueste decir algo tanto mayor será la paz interior que consigamos después de decirlo. Cuando
nos confesamos con frecuencia es más fácil superar esa vergüenza.
Por último NO HAY QUE
OLVIDAR lo que nos enseño un gran santo: El
diablo quita la vergüenza para pecar…. Y la devuelve aumentada para pedir
perdón.
Siempre me confieso de lo mismo….
Eso no es problema. Hay que confesar los pecados que uno ha
cometido… y es bastante lógico que nuestros defectos sean siempre más o menos
los mismos… sería terrible ir cambiando constantemente de defectos…
Confesarme no sirve
de nada, sigo cometiendo los pecados que confieso….
El hecho de que uno
se ensucie , no hace concluir que es inútil bañarse, uno que se baña todos los
días se ensucia igual… pero gracias a que se baña , no va acumulando suciedad…
y está bastante limpio. Lo mismo pasa con la confesión. Si hay lucha, aunque uno caiga, el hecho de ir sacándose de encima
los pecados…. No hace que sea mejor. Es
mejor pedir perdón que no pedirlo. Pedirlo nos hace mejores.
Sé que voy a volver a
pecar…. Lo que me muestra que no estoy arrepentido
Lo único que Dios te pide es que estés arrepentido del
pecado cometido y que ahora, en este momento, quieras luchar por no volver a
cometerlo. Se te pide que tengas la decisión sincera, de verdad, ahora, de
rechazar el pecado.
¿Y si el cura después
le cuenta a alguien mis pecados?
Hay que preocupare
por eso. La iglesia cuida tanto este asunto que aplica cuida tanto este punto que
aplica la pena más grande que existe en el Derecho Canónico- la excomunión al
sacerdote que dijere algo que conoce por la confesión. De hecho hay
mártires por el sigilo sacramental.
Sacerdotes que han muerto por no revelar el contenido de la
confesión.
Preparar la confesión
Examen de conciencia,
es un análisis de cómo ha sido nuestra relación con dios y con los demás desde
la anterior confesión.
El hombre está siempre obligado a seguir la voz lo que es justo y recto.
Solo una conciencia
bien formada es recta y veraz, porque formula
sus con juicios según la razón
Acercarse con fe y con total confianza
No hay que considerar
la confesión como una carga embarazosa o dejarse llevar por el miedo, se trata
de una gran liberación.
Hay que tener presente
que quien nos escucha es el Señor y lo hace con una misericordia infinita.
Debemos confesar al sacerdote todos los pecados mortales. Si temes olvidarte de
algo pecado o no sabes cómo expresarte pide al sacerdote que te pregunte y te
ayude.
El aspecto humillante
de la confesión desaparece cuando se recuerda que:
-
El sacerdote es asimismo un pecador y también se
confiesa.
-
Siente una admiración espontanea por la lealtad y la
sencillez, con las que se confiesa el penitente:
se siente más sorprendido por esa sinceridad , que por los mismo pecados que no
tienen nada de original.
No olvidemos que
siempre tenemos derechos a confesarnos con el sacerdote con el que nos sintamos más cómodos.